La mayoría de los estudiantes están a punto – si no han comenzado ya – de enfrentarse a la recta final del curso. O lo que es lo mismo: enfrentarse a los temidos exámenes finales. Y aquí entra en juego otra asignatura en la que muchos alumnos/as tienen mucho por mejorar: la gestión del tiempo de estudio de forma efectiva.
Así como hay estudiantes que se organizan muy bien y son capaces de sacar un gran rendimiento a las 24 horas de su día, hay otros a los que las distracciones más nimias les hacen perder un valioso tiempo que resulta clave en época de exámenes.
Por eso, si eres estudiante y estás inmerso en un curso académico, debes saber que aprovechar al máximo tu tiempo es fundamental. Y si no tienes muy claro cómo hacerlo, no te preocupes porque hoy te damos unos pequeños consejos en este post.
Primer paso: piensa cómo y cuándo estudias
El primer paso para llevar a cabo una buena gestión del tiempo es analizar cuántas horas estás dedicando ahora al estudio y cuántas de ellas las estás aprovechando de verdad. Este es uno de los aspectos que se encuentran detrás del fracaso escolar que experimentan muchos estudiantes que dicen “pasar horas y horas hincando los codos”, pero que de poco sirve ese tiempo si no resulta productivo.
Por ejemplo, ¿para qué quieres 5 horas en estudiar si lo haces en una franja horaria en la que te resulta imposible estar concentrado? Debes encontrar qué momento del día es más productivo para tu estudio para así sacar más partido a ese tiempo que destinas a él.
Segundo paso: la importancia de la planificación
Muchos alumnos/as “pierden” una jornada en planificar cómo van a estudiar durante el periodo de exámenes. Y entrecomillamos el verbo perder porque el tiempo invertido en organizar las jornadas de estudio nunca será tiempo perdido.
Analiza bien tus materias y ten claro cuáles son tus fechas de exámenes, entrega de proyectos… A partir de aquí, invierte un poco de tiempo en confeccionar un calendario en el que planifiques cada hora de estudio, incluidos los descansos. Eso sí, una vez tengas este planing, ¡cúmplelo!
Tercer paso: fuera distracciones
¡Ay, las distracciones! Aquí llegamos a uno de los grandes enemigos de la buena gestión del tiempo en exámenes. Porque si siempre ha habido distracciones, en esta era tan digital que vivimos, ¡mucho más!
Nada de tener el teléfono móvil o la tablet al lado por si acaso, especialmente si estás ya en fase de asimilación y memorización de ideas y conceptos, y ya no tienes nada que consultar en estos dispositivos. Cuando es necesario rendir a tope, evitar las distracciones es fundamental. Afronta el estudio con actitud positiva, saca de la habitación todo lo que pueda distraerte, date premios cuando cumplas horarios y/o objetivos y mantén intacta tu fuerza de voluntad.
Cuarto paso: descansar es igual de importante
Llega un momento en el que resulta imposible que tu mente siga asimilando conceptos e ideas. Los descansos no deben verse nunca como tiempo perdido sino como algo necesario: por un lado, son ese premio o incentivo tras una sesión de estudio bien aprovechada, y, por otro lado, son necesarios para descansar tu mente y volver a rendir a tope. Pero no olvides planificarlos y no hacerlos eternos, por eso te recomendamos que estén contemplados también en tu calendario u horario de estudios.
Quinto paso: fija metas realistas
Establecer un objetivo diario expresado en términos de “tiempo estudiando” o “temas estudiados” te ayudará a organizarte, te motivará y te marcará un ritmo para el que tendrás que aprovechar el tiempo, que es de lo que se trata.
De ahí la importancia de fijarte estas metas, que además serán una inyección de energía positiva cuando las cumplas. Por ejemplo, si te propones jornadas de estudio de X horas (por ejemplo, de 2 horas) o de temas (por ejemplo, de 1 tema de una materia por sesión), tú mismo te retarás a lograrlo y la sensación de conseguirlo te motivará para seguir estudiando.
Sexto paso: contempla el repaso
No pienses que los repasos son otra pérdida de tiempo ya que se vuelven cruciales para asimilar las materias. Normalmente, la diferencia entre una nota más alta y otra más baja está precisamente el no haber repasado. De ahí que, en la gestión del tiempo de estudio, debas planificarlos, darles importancia y nunca saltártelos. Los conceptos se asentarán mejor en tu cabeza además de que repasar lo estudiado te dará más seguridad para enfrentarte al examen.