Ya sabes que nos gusta contarte curiosidades sobre los alimentos como, por ejemplo, cuáles son aquellos que te ayudan a potenciar tu concentración y memoria. Pues bien, hoy queremos seguir en esa línea y aclararte otra cuestión que creemos importante: la diferencia que existe entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente.
Sabemos de buena mano que por su similitud y por la zona en la que suele visualizarse en los envoltorios de los alimentos tienden a confundirse. ¿Para ti son lo mismo? ¿Sabes la diferencia entre ambos conceptos? Si no es así, te lo explicamos en este post.
Diferencias generales
Aunque entremos después en materia, queremos adelantarte que la fecha de caducidad indica a partir de qué día un producto no debe consumirse porque ha caducado y puede estar en mal estado. Sin embargo, la fecha de consumo preferente hace referencia al momento en el que la calidad del producto desciende pero sin que su consumo suponga un riesgo para la salud.
Dicho así, la diferencia entre ambos conceptos parece clara pero las autoridades sanitarias de los países de la UE han detectado que la mayor parte de los consumidores no hacen distinciones entre ambas indicaciones y desechan por igual aquellos alimentos que hayan sobrepasado cualquier fecha que aparezca en su packaging sin detenerse a leer si se trata de una fecha de caducidad o de consumo preferente.
El resultado de esta confusión da lugar a un erróneo manejo de los recursos alimenticios y al desperdicio de millones de toneladas de comida que acaban en la basura por no tener claro si puede o no consumirse en ese momento.
La fecha de caducidad
Como su propio nombre indica, la fecha de caducidad indica el día en el que un producto caduca. A partir de esa fecha, el producto no debe ingerirse ya que podría poner en peligro la salud de quien lo consume por encontrarse en mal estado.
Es totalmente obligatorio que esta fecha aparezca en los productos perecederos desde el punto de vista microbiológico como es el caso de los lácteos, que son alimentos de elevado riesgo si se consumen fuera del periodo que marca la fecha de caducidad.
Lo mismo ocurre en el caso de carnes y pescados crudos y frescos, alimentos en los que pueden habitar bacterias patógenas si no se consumen pasado un periodo de tiempo por breve que este sea. Suele aparecer también en frutas y verduras.
La fecha de consumo preferente
Esta fecha hace referencia al momento a partir del cual la calidad o las propiedades de un producto descienden de tal forma que lo aconsejable es consumirlo antes si queremos disfrutarlo en perfectas condiciones. Pasada esta fecha, el alimento puede seguir consumiéndose ya que no está alterado, estropeado o en mal estado, simplemente está en peores condiciones, pero nunca pondrá en riesgo la salud de las personas que lo ingieran.
Por este motivo, esta fecha no suele venir especificada en productos perecederos (que son los que llevan la fecha de caducidad) sino en aquellos de mayor duración y estabilidad. Consumir un producto más allá de la fecha de consumo preferente puede hacer que este tenga un sabor algo más rancio, menos aroma, su textura sea menos crujiente… pero nunca entrañará un riesgo microbiológico para la salud.
Esta indicación se utiliza en aquellos alimentos que contienen poca agua (legumbres, pastas, arroces, cereales…), en productos deshidratados (puré, sopas…) o en alimentos esterilizados (latas de conserva, latas de bebida…), además de chocolotes, galletas, helados, panes, frutos secos…
Nuestro consejos es que dediques siempre unos minutos a leer el etiquetado de todos los productos que consumes, tanto alimentos como productos de otra naturaleza.
En el caso de los alimentos, presta atención a las indicaciones sobre las fechas de caducidad y de consumo preferente ya que es la mejor forma de ingerirlos responsablemente, sin poner en riesgo tu salud pero también sin desperdiciar alimentos que aún podrían consumirse.