Son muchos los niños y las niñas que cuando son preguntados sobre qué quieren ser de mayor, responden que desean ser profesores. Es algo muy típico, pero es cierto que, incluso los más pequeños, valoran mucho lo que les puede dar un docente experimentado y que pone todos sus esfuerzos en dar una buena educación y un trato excepcional a todos sus alumnos. El profesor es una figura que es muy valorada por los estudiantes. Da igual que les cueste más o menos estudiar y afrontar los exámenes, que son capaces de distinguir quién es esa persona que hace todo lo posible para hacerles ser mejores seres humanos. Además, para un docente, resulta muy satisfactorio ver que es apreciado por sus alumnos. Es por eso que siembre debe hacer todo lo posible para tener la conciencia tranquila de saber que trata a todo el mundo por igual y que todas sus clases cuentan con una gran preparación. Las cualidades de un buen profesor son muchas y el docente que consiga reunirlas, tiene mucho ganado. ¡Vamos a conocerlas!
Descubre las cualidades de un buen profesor
- Debe tener vocación: A pesar de que, en muchas ocasiones, uno se queda con la idea de que es fácil ser profesor porque se trabaja unas horas y tienen muchas vacaciones, es mucho más que eso. Sería injusto catalogarlos así. Son una referencia para muchas personas y claves en la educación de muchos seres humanos. Esto es lo que deben tener claro. Además, hay que tener en cuenta de que, a diario, tratan con personalidades muy diferentes y no todas son fáciles de gestionar. Aquí estamos hablando de otra cualidad como la paciencia. Es por ello que suelen realizar importantes esfuerzos para que todo salga bien. No pueden dejarse llevar por sus sentimientos.
- Contará con creatividad: Es una de las cualidades de un buen profesor más valoradas. ¿Por qué? Es fácil. Si uno se para a pensarlo y se pone en la piel de un alumno, es lógico pensar que el aburrimiento pueda llegar a aparecer, si las clases son muy repetitivas. Por eso cobra especial importancia contar con un profesor que no repite actividades y que opta por ejercicios innovadores en los que prima la participación. No es solo enseñar, sino cómo enseñar.
- Será observador: ¿Qué queremos decir con esto? Que no solo vale llegar a clase, sentarse y poner a hablar o escribir una cosa en la pizarra y dejarse llevar. Un profesor debe estar pendiente de sus alumnos de forma constante y de los diferentes comportamientos que pueden dar en el aula. Cuando esto se hace, es fácil reconocer conductas como el acoso a un compañero, por ejemplo, permitiendo actuar en el momento e impidiendo que ese problema vaya a más en el futuro.
- Tendrá empatía: Muchas veces puede resultar complicado, ya que puede verse superado por algunos alumnos o porque, simplemente, no siempre se tiene un buen día. Lo que sí podemos decir es que, si tiene interés en su alumnado y curiosidad por conocerlo desde la prudencia, es probable que pueda entender su comportamiento. Por eso, un profesor que logra saber sobre sus alumnos, podrá ponerse en su lugar para entenderlos mejor y poder aconsejarlos de la mejor manera posible.
- Impartirá disciplina: Es uno de los aspectos que más puede costar, pero tradicionalmente es porque esto siempre se ha relacionado con reñir y no tiene que ser así. Desde el diálogo y las explicaciones también se puede impartir disciplina. La época de los castigos ya ha quedado atrás La educación ha evolucionado y un profesor debe saberlo.
Éstas son algunas cualidades de un buen profesor. Si eres un alumno, las valorarás y ya estás capacitado para distinguirlas. Por otro lado, si eres un docente, sabrás si cuentas con ellas o tienes margen para la mejora.